La nueva sangre del vóley argentino pisa fuerte: barrida a Países Bajos en la VNL

 

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La nueva sangre del vóley argentino pisa fuerte: barrida a Países Bajos en la VNL

Con un equipo rejuvenecido y ambicioso, la Selección masculina debutó con autoridad en el segundo weekend de la Liga de las Naciones, superando por 3-0 a Países Bajos.

El recambio ya no es futuro: es presente. La Selección Argentina masculina de vóley lo volvió a demostrar con un rendimiento contundente en Belgrado, donde comenzó el segundo weekend de la Liga de las Naciones (VNL) con una sólida victoria por 3-0 ante Países Bajos, con parciales de 25-20, 25-14 y 25-22.

Tras el 2-2 conseguido en la primera parada en Canadá, el equipo dirigido por Marcelo Méndez mostró señales claras de madurez y evolución, a pesar de estar atravesando un ciclo de transición tras las salidas de dos referentes históricos como Luciano De Cecco y Facundo Conte.

Pero las ausencias, lejos de ser una excusa, se transformaron en oportunidad. Jóvenes como Germán Gómez, Nicolás Zerba, Matías Sánchez y el debutante Ignacio Luengas fueron protagonistas de un equipo que empieza a construir identidad desde su defensa, su bloqueo y la eficiencia en las réplicas.

El primer set mostró una Argentina sólida, que empezó a marcar la diferencia tras un ace de Gómez (6-5), y a partir de allí, dominó con un bloqueo férreo y presión constante en el saque. Zerba fue clave con tres bloqueos en ese parcial, que se cerró tras una ráfaga de errores no forzados por parte de los neerlandeses.

El segundo chico fue todavía más desequilibrado. Con Sánchez aportando un ace y Loser liderando en la red, Argentina construyó una diferencia de 8 puntos en bloqueo y saque (5-1 y 3-1, respectivamente), que se tradujeron en un categórico 25-14. El equipo funcionó como un reloj, sin fisuras y con gran inteligencia táctica.

En el tercero, Países Bajos intentó reaccionar mejorando su efectividad desde el saque. Logró tomar ventaja (14-11), pero la respuesta de Méndez fue inmediata: ingresó Luengas y pidió su primer tiempo del partido. La pausa sirvió. Con orden y confianza, Argentina recuperó terreno, emparejó el marcador y lo cerró con autoridad para sentenciar el 3-0.

Más allá del resultado, el mensaje es claro: Argentina está formando una nueva base competitiva. La sangre joven no tiembla, y el equipo juega con la frescura de quienes no tienen techo. Mientras tanto, en la VNL, la ilusión se renueva.

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